martes, 25 de febrero de 2014

Mortal

Tus monstuos, mi ruido. Todo silenciado por el unánime estruendo de la lluvia británica sobre este grueso cristal Cierras los ojos, te miro. Me miras, cierro los míos. Sonreímos a caricias. Jamás fui capaz de decir tanto con tan poco. Cuando todo esto quede atrás, sólo los recuerdos me ayudarán a continuar.

Supongo que nunca sentí debilidad por o frágil lo sencillo. Y tú eres el ser más bonita y complicadamente tallado que haya podido conocer. Con tus ojos besas, con tu respiración hablas. Con tus labios acaricias y con tus manos escuchas aquello que está tan dentro de mí -en la más tenebrosa oscuridad- que ni siquiera soy yo capaz de oír.

La belleza de todo lo que nos rodea reside en su fin. ¿Por qué íbamos a ser una excepción?