sábado, 30 de abril de 2011

all i need is reason to believe



Tú me dices que mi sonrisa es el Sol. Entonces hace mucho que no brilla este Sol, pienso.
Y es que no le puedo hacer nada. Esa sensación de soledad en medio de una gran multitud que cree que te conoce pero no sabe nada de ti. Nadie sabe tus secretos más oscuros, más profundos. Nadie sabe que quisieras arrancar a llorar en los lavabos como la niña pequeña y tímida que solías ser, nadie sabe que sufres porque no sabes ni lo que quieres. Espero algo imposible, un sueño insoñable. Un cuenta de hadas, una utopía, un efímero recuerdo que resulta ser mentira. El deseo de la calidez de un abrazo...
Nadie percibe cuando piensas en que hace tiempo que no te abrazan. Pero no esos abrazos cortos, superficiales, por cortesía. Un abrazo que te abriga, te protege incluso en el medio más peligroso. Un abrazo sincero.
Si mi sonrisa es Sol, en mi mundo reina la Luna. Y en el fondo éso es lo que persigo, una eterna noche con un manto de estrellas como edredón y una estrella fugaz que sustituya esa lágrima que no puedo reprimir. A veces lloro sin llorar, pienso sin pensar. Quiero sin querer, y ahora quiero saber qué quiero. La tormenta de las dudas destroza mi estado de ánimo. Quiero saber, pero no estoy segura de querer querer.
¿Qué paradójico, no? Sí, hay veces en las que una se pone filosófica. Por un mal día, por un corazón roto, por una discusión, por la enfermedad incurable que padece el padre de un amigo. Por cualquier motivo que tratamos de esconder bajo nuestras máscaras de laca, maquillaje y perfume, pero que nos roe y pudre por dentro.
Nadie se da cuenta de éso. Nadie es capaz de ver hoy en día la tristeza en unos ojos con rímmel. Nadie sabe que detrás del carmín hay una persona que todavía se esconde cuando un problema llama a su puerta.
Nadie sabe nada. Yo no sé saber, no sé querer, no quiero querer. ¿Qué es querer?

 

lunes, 25 de abril de 2011

y vuelta a la rutina...



 

Poema 14

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.



Pablo Neruda

       

sábado, 23 de abril de 2011

El tiempo que querría...


Paseo por la ancha avenida que cruza mi ciudad sin esperar nada de este día gris que tanto me gusta. La gente odia este tiempo, pero a mí me encanta. Adoro caminar bajo la lluvia fina de un día como el de hoy en el que poca gente se atreve a salir a la calle. Camino sin rumbo, camino pisándole los talones al tiempo. Tiempo... El tiempo que querría, de Fabio Volo, leo en un cartel efímero que anuncia un 23 de abril mojado. El tiempo que querría, pienso... El tiempo que querría sería tiempo como éste. Tiempo para pensar en qué pienso, para no pensar en nada concreto. Tiempo que dedicarme sin pensar en ti. Tiempo que no sea este que me tortura sin saber yo porqué. El tiempo que querría, sería... ¿Para qué sería el tiempo que querría?




El tiempo que querría para pasar contigo. El tiempo a tu lado, de tu mano, entrelazados. Secuestrados por tus sábanas celestiales, embriagados de nuestros cuerpos. El tiempo lluvioso, otoñal o primaveral, para despertar a tu lado y quedarme ronroneándote al oído...

El caminar ala deriva me ha llevado a uno de mis rincones preferidos. Simple, sencillo, me enamora. Un pequeño descanso de aire limpio en medio de la urbe. Un amanecer de fuentes y plantas, un lugar con mis escondites donde sentarme a pensar más en ti.

Y sigo pensando... El tiempo que querría para explorar el mundo contigo atado a mi sonrisa, el tiempo que añoro para llevarte a escondites míos. Entre ellos, este paraíso urbano, un oasis de cascadas y selvas que me purifica del deseo de soledad que me invade el alma desde hace muchos, largos, eternos meses... Meses en los que el tiempo no pasa. Tiempo que querría para que este tiempo se pasara.


Descubro un banco frente un pequeñísimo estanco y bajo árboles que me protegerá de lluvia ahora que se intensifica y que yo voy sin paraguas. Me sumerjo en esta vegetación mediterránea y me dejo envolver por los sonidos de los animales que me rodean... De repente, me siento obervada. Una ardilla me mira curiosa, quizás esté adivinando mis pensamientos. Supongo que en sitios como éste es imposible esconder algo en la mirada.

El tiempo empeora... o mejora, según cómo se mire. No truena, pero llueve cada vez más fuerte. El tiempo enloquece a los pájaros que oigo a mi alrededor... El tiempo que querría para cantarte como estos pájaros que se quejan de la llovizna encima de mí. El tiempo que echo de menos para ser tu manta de días fríos como hoy, y emborracharte a besos de fresas y caricias de nata; el tiempo que me falta para estar a tu lado.



El tiempo que pasa sin yo conocerte. El tiempo que me duele porque no sé si ya te conozco. O quizás te conozca sin conocerte. El tiempo que querría para no sumergirme en estas paranoias. El tiempo que me tiene atrapada en una selva de pensamientos... El tiempo en el que no me pregunto cómo serás, sino cómo sería el tiempo contigo. El tiempo traicionero que me taladra, preguntándome si volveré a ser capaz de enamorarme y amar al fin. De alguien, de cualquiera, del primero que pase. De ti. El tiempo que se detendría si fueras tú mi abrigo en este viernes secreto de lluvia.


El tiempo que querría no tener para no pensar que todavía no te tengo... El tiempo que querría para no preguntarme si quiera si te tendré algún día.

jueves, 21 de abril de 2011

todas las noches son de fiesta


Deja que esta noche sea yo la que juegue contigo.



Seré la pirata que explore el mapa de tu cuerpo
para hallar finalmente tu dulce tesoro...


        

martes, 19 de abril de 2011

je ne sais rien


Es curioso. Dentro de mí hay un gran deseo de soledad, de distanciarme de esta despiadada sociedad. Un deseo desgarrador, que me obliga a querer mantener la mente fría, lejana y en blanco, para que nadie pueda penetrar en ella y hallar así la forma de destruir la fortaleza de cristal que ahora mismo rodea mi corazón. Ese deseo, es querer... querer alejarse, escaparse. Distanciarse y arrinconarse en un lugar perdido, una habitación solitaria, donde poder llorar y gritar sin que nadie me escuche. Un lugar, a solas, donde poder desahogarme y no tener que sentir vergüenza por ello. Un lugar donde el tiempo vuele, y las horas y días se vayan tan rápidamente como hayan venido. Un sitio donde govierne la ignorancia a los sentimientos y reine la efimeridad. Un lugar, la soledad y tiempo. Eso es todo lo que mi razón pide.

Sin embargo, a la misma vez que ese deseo corroedor me aleja del mundo y de la superfície, hay otro elemento, una necesidad arrebatadora que me empuja a querer sentirme entre los brazos de alguien que me escuche y quiera ayudarme, que me abrace y seque mis lágrimas; sin silenciarlas, dejándolas fluir y haciéndome sentir mejor una vez todas ellas hayan sido derramadas. Es una necesidad extraña, la necesidad de apartar el deseo de la soledad y rodearme de gente... O dejarme envolver quizás por una sola persona que valga para mí mucho más que una multitud.

Es claramente una pelea, una guerra en que la razón y el corazón son grandes enemigos; un duelo entre la soledad y la compañía, un forcejeo entre las lágrimas que se pasean por mis mejillas contra esa sonrisa extinta que debe florecer, y lucha por reaparecer...

         

efímeros recuerdos




i played them for you.




A moment,




a love,





a dream,






a laugh,


a kiss,

 

a cry,




our rights,


our wrongs...

 

    

Sed de ti

Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.
Trémula mano roja que hasta su vida se alza.
Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.
Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas...

Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.
Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.
Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.
Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.
Sed de ti, guirnalda atroz y dulce.
Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.
Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.
El alma está incendiada de estas brasas que te aman.
El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.
De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.
Y en ella se aniquila como el agua en el fuego...

       Pablo Neruda.

                     

sábado, 16 de abril de 2011

Mürfila





5

En unos segundos tendré que volver a bajar, casi he llegado a mi destino. ¿Pero por qué siento que es precisamente mi destino lo que dejo en este tren viejo y vacío?
El chico de ojos de mar, mar que tanto amo, mar de libertad que tanto ansio, va a quedar atrás. Quisiera tener suficiente seguridad en mí misma para acercarme y hablar con él, qué sé yo, de cualquier cosa. ¿Por dónde empezaría? No sé.  Un simple, “Hola, ¿Suena muy idiota si digo que atrapada en tus brazos me sentiría liberada de esta jaula de realidad? Sálvame del mundo entero.”
Pero es hora de dejar de soñar, sólo yo tengo pensamientos tan absurdos en trayectos tan cortos, lo sé. Lo creo. O quizás es lo que me hacen creer. ¿Quién? Todo el mundo, mundo que me aterra, mundo que me esclaviza sin saberlo. Estúpidos sueños de enamoramiento fugaz.
Ojalá supieras lo que me has hecho sentir en una sola canción, chicos de ojos de mar…


(Para leerla desde el principo, clikad sobre la etiqueta "Historia del Tren")
     

Cada vez más solos, rodeados de gente,



Y báñate en mis ojos, que se joda el mar que quiera mecerte a su antojo.
Si no somos nadie, a nadie va a encontrar; y si a las heridas quiere echarles sal ,
sólo va a encontrarse cerrojos y las cicatrices de la soledad.




    


viernes, 15 de abril de 2011

un montón de sinsentidos, yo.

Soy dulce. Pero también mala. Soy un secreto sin esconder. Soy perversa y la más tierna, soy una perra. Soy madura. Soy agresiva y soy tranquila. Soy sexy y soy fea. Soy hippie y bohemia a la vez que guerrera. Soy autónoma. Soy loca y soy cuerda, soy una princesa incomprendida y también una bruja atrapada.

Soy lentillera y gafera. Y también soy gafe. Soy de las que prefieren bañarse bajo la lluvia que bajo una ducha de chocolate. Soy erótica y sensual. Soy mediterránea. Soy asexual. Soy luna lunera, soy bollera. Soy escritora. Soy Marilyn Monroe. Soy estudiante ambiciosa. Soy la que le gusta el invierno pero se excita con la primavera.

Soy heterosexual. Soy fiestera y soy pacifista, soy niña y también hombre. Soy amiga. Soy besucona y arisca. Soy tímida. Soy cruel y despiadada. Soy calmada. Soy escuchadora profesional y también melasudantusproblemasora con experiencia académica y laboral. Soy soñadora y realista, soy feminista. Soy dependiente. Soy libre pero también esclava. Soy lujuriosa y recatada. Soy decente, buena. Soy lila. Pero también soy una zorra.

Soy Bécquer, Neruda y Rosalía de Castro. Soy callada, soy sumisa. Soy de las que revientan si no lo dicen. Soy tu chica pero no soy la chica de nadie. Soy simple. Soy mentirosa. También soy sincera, y por eso dijo que soy compleja. Soy miedosamisteriosa, y también muy valiente. Soy una cerda y soy limpia y organizada.

Soy adicta. Soy Audrey Hepburn. Soy descuidada y desordenada. Soy gata negra de ojos verdes. Soy un pedazo de estrella. Soy de las que no le gusta hacer la cama y les duele el Sol en los ojos. Soy Martin Luther King. Soy de las que aman el día y más aún la noche. Soy bailarina, soy patinadora. Soy catalana, andaluza, canadiense y alemana. Soy atrevida. Y parisina también. Soy vaga y viciosa.

Soy la que te busca en el tren. Soy mujer, soy delgada y soy muy gorda. Soy estúpida. Soy todos los soldados sin nombre. Soy divertida. Soy mecánica de corazones sin romper. Soy aburrida. Soy capaz. Soy un armario lleno de nada que ponerme. Soy sonriente y obediente, soy impotente y temperamental. Soy borde. Soy Luna de Coco.


Soy yo. Y eso, en realidad, no cambia.


 

weekend is about to start...


txin-txín for us!




martes, 12 de abril de 2011

4

Me mira. Lo sé y lo siento. Noto su mirada penetrante sobre mi tez morena. Las pestañas enmascaran unos ojos brillantes y oscuros, almendrados. Intenta leer, pero sin querer la mirada se le escapa hacia la ventana. Mira el mar. Parece anhelarlo y jugar con un sueño mediterráneo en su mente. Está triste, se nota. Está sola también, su alma está perdida como la mía, y me parece tan vulnerable… Desearía llegar a su lado de un salto para abrazarla y protegerla de todo y de nada a la vez. Darle mi consuelo y recibir consuelo mutuo a la vez. Secar las lágrimas invisibles que golpean su mejilla, cristalinas como el mar. Hundirme en sus labios rosados y morir dulcemente, ahogado en ellos…  Distraída entre ojeada y ojeada se recoje la melena. Me la imagino meciéndose sobre la piel desnuda de su espalda, bailando al son de una brisa salada y me excito.
Quisiera tener el valor suficiente para acercarme y decirle todo lo que me hace sentir. Desearía no sentirme atrapado por el miedo de los prejuicios sociales y susurrarle al oído que todo lo que he buscado y necesito lo he encontrado en una canción.


Continuará...
(Para leerla desde el principo, clikad sobre la etiqueta "Historia del Tren")

¿Y si te como a besos?



Por lo que seremos, lo que nos espera.

tiempo

Hace tiempo de playa.
Hace tiempo de besarte.
Hace tiempo de sonreír.
Hace tiempo de cantar "La vie en rose".
Hace tiempo agradable.
Hace tiempo de bailar.
Hace tiempo de fresas.
Hace tiempo de lluvia y sol.
Hace tiempo de caricias.
Hace tiempo de tumbarse sobre la hierba.
Hace tiempo de besarte ferozmente.
Hace tiempo de bailar en París.
Hace tiempo de hacerte el amor.
Hace tiempo de ver niños jugar.
Hace tiempo de salir.
Hace tiempo de ser jóvenes.
Hace tiempo primaveral.


Hace tiempo de ti.


búscame


lunes, 11 de abril de 2011

3


Negar que me he fijado en él sería absurdo. Trato de sentarme con disimulo, en la fila paralela a su mirada, pero quedando expuesta a su cara, que parece analizarme meticulosa a la vez que sorprendidamente. Me mira y esquivo sus pupilas. Una pequeña taquicardia invade mi cuerpo. El iPod, aleatoriamente, elige mi canción preferida como la siguiente, y pronto With Me inunda mis oídos. Saco el libro que leía en el banco de la estación, “La mecánica del corazón”, de mi bolso y sumergiéndome en la historia metafórica contada en prosa poética intento no espiar al chico de mirada hechizante. Pero es imposible no espiarlo. Es castaño y lleva abultados cascos. Me lanza miradas recíprocas, sin vergüenza pero breves y llevadas con disimulo. La mochila es su compañera de asiento y por un largo instante sueño que soy yo la que ocupa la butaca contigua. Me siento absurda por envidiar un trozo de tela con cremalleras, pero sigo mirándolo. Lo examino con delicadeza, me gustaría saber algo más de él.
Su mirada oceánica parece triste, nublada como un día gris que no se decide a llorar, y siento la necesidad de abrazarle y acompañarlo en un viaje que parece no tener destino marcado…


Continuará...
(Para leerla desde el principo, clikad sobre la etiqueta "Historia del Tren")

domingo, 10 de abril de 2011

dime cómo arder




Aprendimos a mirar con la duda entre los dedos,
y a tientas descubrimos que al final las palabras
que no existen nos pueden salvar... sin hablar.
 
 


 

en el cielo de mis pensamientos...


Suena una guitarra española. Y me recuerda que no pertenezco aquí, a ningún sitio. Que mi alma está dividida y hay un pedazo de ella en cada rincón del mundo o, quien sabe, quizás del universo. Escucho Blue Spanish Sky, y me dejo llevar. No sé si es la voz sensual de Chris Isaak o esos acordes los que me enamoran. La gente sobrevalora la patria. Pero reconozco que cuando estás lejos de donde provienes, echas de menos el lugar.

El cielo de hoy se va apagando, pero el clima primaveral sigue arropándome del frío invierno ya pasado. Estoy sola en casa. Enciendo una vela. Quisiera pensar en alguien, pero no tengo nadie en quién pensar. Y en cierto modo, lo prefiero así. El amor también está sobrevalorado. Todos lo idealizamos, yo la primera. Buscamos persona tras persona las sonrisas que no nos dio la anterior. Actuamos con inquietud, pero también con crueldad.  A veces deseamos amar, y otras dejar de ser amados. Todos buscamos la sensación la hierba bajo los pies, el sonido del mar, la lluvia refrescante sobre la piel, el silencio de un beso secreto... Y nos avalanzamos sobre todo lo que está a nuestro alrededor, arrasamos. Los capitalistas hacen de ello un negocio, y venden el amor a personas que creen que sólo comprándolo lo tendrán.

Blue Spanish Sky me excita. Es una canción triste, pero me hechiza. Su melodía, la tranquilidad que desprende... No es lo que acostumbro a escuchar, es uno de mis pequeños secretos. Como este rincón, en el que plasmo ideas, realidades o fantasías que se me ocurren o me suceden a diario. Pensamientos, opiniones como ésta. Me gusta saber que hay un pequeño lugar en la inmensidad del mundo de los cibernautas, muchos de los cuales recurren a Internet también como manera de esconderse y tener intimidad. Es curioso que en un mundo y una época como en la que estamos, busquemos la intimidad en blogs o páginas web similares. Es curioso que compartiendo lo que llevamos más escondido en nuestro interior a millones de personas, nos sintamos en intimidad. Redes sociales, móbiles, satélites... En realidad la intimidad de verdad no existe. Todo pertenece a Mark Zuckerberg. Pero decimos que es intimidad, porque ni él ni nosotros sabemos que nuestra intimidad tiene propietario.

Chris Isaak deja de susurrarme al oído y pulso replay. A veces me sucede, me encapricho con una canción y ya no hay quien me separe de ella durante un tiempo. Días, horas, a veces incluso semanas. Si se trata de meses o años, se trata de un clásico. Quizás no en el mundo de la música, pero sí en el mío. Me gusta pensar que en un planeta tan grande todos somos un mundo. Todos tenemos manías sin descubrir que sólo nosotros sabemos... o que a veces incluso desconocemos.


Me siento profunda. No sé porque escribo. Quizás eche de menos mi diario. Ese cuaderno lila escondido entre apuntes para que mi madre no lo leyera como hacía cuando era una cría. Papel y bolígrafo sustituído por monitor y teclado. Tarde o temprano pasaría, ¿no? Supongo que es menos esnob y sofisticado escribir un diario que un blog. Pero es más personal. Son los secretos de verdad, aquello que no te atreves a decir. Desde opiniones políticas radicales hasta fantasías sexuales con los gilipollas más imbéciles que jamás hayas podido conocer. Pero pensamientos que, al fin y al cabo, pertenecen a tu vida, a ti. A tu cuaderno lila escondido entre apuntes. A eso que quizás algún día te atrevas a compartir con alguien de manera tan íntima, que ni siquiera Mark Zuckerberg lo sepa.



Watching a blue sky, thinking of rain...


viernes, 8 de abril de 2011

2


“Time won’t make things better”… Sum 41 golpea mis tímpanos con guitarras llenas de descargas de adrenalina en este tren solitario. Solitario como yo, vacío como me siento.
Quisiera saborear por una sola vez la sensación de enamorarse que mis amigos describen. Al principio me reía, pero con 18 años y al ver poco a poco con otros ojos cómo la emoción que les provoca una sonrisa les puede hacer cambiar tanto… siento envidia. Parece mágico. Cursi, pero mágico. Y tan real a la vez… Eso es lo que ansio. Deseo dejar de vagar sin rumbo alguno y sentir, sentir de una puñetera vez algo real. Querer de verdad, quizás llegar a amar. Tengo una sensación dentro de mí que me roe y me engulle, la necesidad de sentir esa agonía de un día eterno sin abrazarla.
Entre sueños sentimentales y golpes de batería en tren frena bruscamente, haciéndome caer de bruces en la realidad de esta ciudad. Bip-bip, y las puertas ya se han cerrado. Y alguien sube, indiferente a mis pensamientos morbosos, imposibles de averiguar a primera vista debido a mi cara imperturbable de póker. Paso de canción y ante los primeros acordes de piano de With Me, quedo cautivado por la chica que acaba de subir.



Continuará...
(Para leerla desde el principo, clikad sobre la etiqueta "Historia del Tren")

llevábamos tiempo sin hablar

Los días se pasan, buscando una buena solución a todos los días que vivimos fingiendo ser más fuertes, ignorando a quien nos hiere, ocultando el secreto, esas ganas de tenerle, amarle sin decir nada, sin hablar decir te quiero...
Esto tiene que acabar, poder reír, disimular, que ya no importa la verdad. Decir que sí, pensar que no... ¿Acaso importa quien soy yo?

jueves, 7 de abril de 2011

who knows


Entre los obstáculos del corazón hay un principio de alegría que me gustaría merecer..., y después tiraría los pétalos por la ventana. El viento se los llevaría. Podía ser que alguien los encontrase. Que volviese a ponerlas en orden. Que leyese la frase. Y que me viniese a buscar. Él quizá. Ya. Pero ¿quién es él?


Paris, je t'aime

Eso era amor

Le comenté:

— Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
— ¿Te gustan solos o con rimel?
— Grandes,
respondí sin dudar.

Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas. 
Ángel González



la primavera la sangre altera



mmm, qué dulce estás.





martes, 5 de abril de 2011

Standby


Son las once y tres minutos pasados de un martes raro con sabor a domingo. Extremoduro dice que quiere fundirse en mi fuego como si fuese de cera... Yo también quiero hacerlo, yo también tengo una persona idealizada. ¿Qué espero de ella? Nada. He esperado tanto de tanta gente y tantas veces he fracasado que ya siento que no puedo pedirle nada a nadie. No puedo exigir, esperar.

Siempre en estado de espera... así he pasado yo los últimos meses. Viendo la gente ir y venir, pasar... Viviendo una pequeña parte de su historia, siempre en tercer plano, ni siquiera merezco un papel secundario. Cada uno de ellos me ha dejado un trocito diminuto de su esencia, pero nada que me llene. ¿Y qué le voy a hacer? Si mi alma está vacía, hecha del mismo material que el de los sueños, que al despertar se desvanece y nunca regresa en su exactitud.

Recuerdos fugaces. Algunos dulces, otros incluso falsos. Memoria mentirosa que sólo intenta sanar las heridas dentro de ti, ésas que nadie ve, ésas que nada cura. Yo también sueño con que alguien sueñe algún día conmigo. Yo también sueño con que los sueños se materialicen y llenen el espíritu que tan vacía me hace sentir. Yo también quiero llenar mis días de poesía, sin excesos, sólo dulzura. Quizás sea demasiado romántica, pero no pido el cielo, sólo un espacio diminuto en la Tierra, quizás en el rincón abandonado de algún corazón vagabundo.

Creo que tengo un problema. Me aferro al pasado y sufro en silencio, no digo lo que siento de verdad, me cuesta horrores. ¿Y qué le hago si nunca me han dado más que motivos para desconfiar? Intento que me descubran a través de detalles sutiles, jamás doy el primer paso. Tengo miedo de darlo en falso y caer en picado al vacío que tantos momentos me ha hecho compañía. Tengo un problema. Me da miedo mirar al futuro y me da más miedo aún tener ese primer miedo. Temo no evolucionar, temo no tener etapas en la vida con pequeños finales felices ni más besos bajo la lluvia. Romántica sí, atemporal también. Descolocada, quizás buscando algo inexistente.


Hay libros y poesías, canciones y enciclopedias, pero nada de eso es capaz de describir el añoro de un recuerdo perdido, de aquello no vivido. Ninguna mariposa es tan bella como el sueño de tener un segundo perfecto en la vida, ni ninguna gota de lluvia es tan refrescante como ese instante en el que te das cuenta de que la perfección no existe, pero es ésa la excusa que tenemos para seguir soñando con algo cuando sentimos que ya nada nos queda. Ningún diccionario define tan bien los besos y caricias de una persona como los dibujos de sus manos sobre la piel que ansia, nada describe la ternura salvaje con la que se quiere a alguien la primera vez que te sientes enamorado, encaprichado, desde hace mucho tiempo. Nadie idealiza mejor la otra persona que ésa que le canta las palabras más bonitas que jamás fueron escritas con una sola mirada a su amor.

La gente habla de cursilería y de que el amor está sobre valorado. Yo creo que lo que sucede es que éste ha derivado de tantas maneras que ha llevado a ser una droga falsa, una droga de la que la sociedad quiere depender para escapar de su rutina, una droga que no es más que algo efímero e irreal, algo que nos sacia al momento. El amor, si es tierno y se siente, no tiene por qué ser empalagoso. Hay que saber adecuar las medidas justas a las personas que lo sienten. A veces surge la química con un solo roce de manos como otras se fuerza el sentimiento sin saber exactamente por qué.

Extremoduro sigue susurrándome al oído motes angustiados que buscan dónde caer para ser sentidos, escuchados y valorados. Me siento como ellos, perdida en el aire, flotando, a la espera de que algún corazón suba a los oídos de algún interesado y sienta todo lo que tengo por dar...




lunes, 4 de abril de 2011

Preguntas que no esperan respuesta

Hoy he pensado en ti. En él. En todos los que habéis formado parte de mí, que no sois pocos en tan escaso tiempo. Pero ni mucho menos tampoco sois muchos. Pero al fin y al cabo, habéis sido algo, ¿no?

¿Por qué se acaba todo? ¿Por qué empieza si quiera? ¿Por qué no puede haber sólo sentimiento, como ese primer amor adolescente que te hace pasar tardes enteras llorando en la habitación? ¿Por qué no puede haber sólo sexo y hormonas de la felicidad?

¿Por qué se mezcla todo, se lía, nos envuelve, nos manipula sin que nos demos cuenta?

¿Por qué me hago tantas preguntas?

Hoy he pensado en ti, en ellos, en todos los que habéis sido una parte de mí, por pequeña o insgnificante que haya podido ser. También he pensado en los que vendrán, en los que quizás ya estén a medio camino. En qué quiero de verdad. En cuándo va a llegar ese momento inesperado que marque un antes y un después. Porque cuando estás sola, tanto si te gusta estarlo como si no, en el fondo no paras de pensar sobre qué será lo siguiente, cómo será, cómo actuarás. Pero nunca en cómo acabará. ¿Cuál es en número correcto de errores antes de saber quién es el definitivo, el correcto?  ¿Realmente hay algo, alguien correcto? ¿O simplemente y en el fondo, en verdad sólo amamos a los errores?

Hoy he pensado en ti, en mí, en lo que nos rodeó un día y en lo que me rodea ahora. Y no siento pena, ni dolor, ni melancolía ni tristeza. Hoy pienso en ti y ya no me dueles tanto. Hoy puedo sonreír si pienso en ti.


 

Bésame despacio...





...sin dejarme aliento.

1

“Dolça besada, té gust a que s’acaba…” Las notas llenas de motivación, acompañadas de palabras melancólicas resuenan en mis oídos al mismo tiempo que escucho la llegada de mi tren a lo lejos, desde la megafonía de la estación. Las puertas se abren. Nadie sale, sólo yo entro. Subo a la planta de arriba y me encuentro con un vagón en el que cuesta distinguir las cuatro gotas silenciosas disfrazadas de personas que respiran el aire cargado del ambiente bochornoso de verano.
Suspiro, me siento triste, no quiero saber por qué… De hecho lo sé, pero no quiero recordarlo. Es demasiado triste echar de menos un sentimiento sin echar de menos la persona, anhelar una nueva aventura que cargarse a las espaldas.
Tomo asiento pero algo llama mi atención. Unos ojos azulados sacuden de repente todos mis pensamientos.


Continuará...

domingo, 3 de abril de 2011

Final de domingo...



Bona nit.

lucidez

Que sepáis, que es más fácil llegar al Sol que a mi corazón.

je veux te baiser

Mi vida sin mí

Ésta eres tú, los ojos cerrados, bajo la lluvia.

Nunca imaginaste que harías algo así, nunca te habías visto como... mmm... no sé cómo describirlo, como, una de esas personas a las que les gusta la luna o que pasan horas contemplando las olas o una puesta de sol. Seguro que sabes de qué gente estoy hablando... o tal vez no.

Da igual, a ti te gusta estar así, desafiando el frío, sintiendo como el agua empapa tu camiseta y te moja la piel. Y notar como la tierra se vuelve mullida bajo tus pies y... el olor, y el sonido de la lluvia al golpear las hojas. Todas esas cosas que dicen en libros que no has leído... ésta eres tú.
Quién lo iba a decir, tú.

sábado, 2 de abril de 2011

primavera

J'adore le printemps.




Les fraises, 

 



se promener,




la Lune,




les nuages qui sourient...




J'adore l'arôme de la Méditerranée,




et j'adore Paris aussi.




Mais, le plus importante...

Je t'adore.