miércoles, 28 de noviembre de 2012

domingo, 25 de noviembre de 2012

Carta al astro rey

Buenos días Sol,

Esta mañana, como cada día, has venido en mi búsqueda. Malditos sean tus rayos. Hacía frío, y yo me escondía bajo las sábanas. Pero tu luz no tiene límites en este lugar, y la tela parece quererse empapar de ti.

Esta mañana, como siempre, me escondía de ti. No entiendes que no te quiero, que me gusta dormir, que es a la hiriente Luna a quien yo anhelo cada despertar. Aunque tener un piso en un viejo edificio sin persianas no actúa a mi favor.

Cuando has aparecido, esta mañana, invadiendo mis pupilas, todavía sonaba alguna extraña melodía de un sueño astral en mi cabeza. Era un piano. Pero tu luz lo ha borrado, se ha esfumado. Como el aire que contaminas.

Por qué no entiendes, que no quiero que vengas a buscarme. Que deseo la noche eterna, en la que mi reflejo no aparezca en ningún espejo. Aunque también es verdad, que sin ti la Luna no podría brillar.

Pero no me dejo engañar. Hechizas al mundo con tu poder, pero yo soy más fuerte. Y por eso huyo de ti y me refugio en los días de lluvia. ¿Es que no entiedes, que ya no te quiero?

El parquet seguía frío a pesar de tus esfuerzos, cuando me deshice del edredón. Y el piso gélidamente desierto. No habría sentido tanta soledad si no te hubieras molestado en iluminar cada rincón de este vacío lugar.

Mañana intenta llover. Vivir en el sur de Europa no me hace bien.

Nos vemos al amanecer.

                                                           A.

sábado, 24 de noviembre de 2012

she cries alone at night too often




Tú curabas el dolor que me habían causado las sábanas vacías. 
Ahora no sé como aliviar las heridas que aparecieron cuando te fuiste.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Y me vestí de reproches,

He estado pensando últimamente.
Sólo pensando.
Nada más.

Ojalá tuviera valor
Ojalá silenciara mis ojalá
Con el tacto de sus labios
Sobre los míos.

Perdí la fe
Me perdí yo
Seguía cantos de sirena
Quimeras y amazonas
Falsos duendes
Que resultaron ser hojas muertas.

He estado pensando últimamente.
Sólo pensando.
Nada más.

martes, 20 de noviembre de 2012

Y más fotos de Ámsterdam...

Hoy subo algunas de las fotos que tomé cuando estuve en Ámsterdam el pasado septiembre, y prometí que algún día subiría. Además, os dejo linkado a la última palabra del texto, una canción de The Drums que me gusta recordar mirando estas fotografías. En ellas veréis bicicletas, verde parques, preciosas casas, a mi amigo Gus en alguna que otra, una escultura de la estrella de David en honor a los judíos que sufrieron las fuerzas nazis en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial, rincones escondidos de la ciudad con Coffe Shops... ¡Disfrutad!
























lunes, 19 de noviembre de 2012

La vie immédiate

Adieu tristesse
Bonjour tristesse
Tu es inscrite dans les lignes du plafons
Tu es inscrite dans les yeux que j'aime
Tu n'es pas tout à fait la misère
Car les lèvres les plus pauvres te dénoncent
Par un sourire
Bonjour tristesse
Amour des corps aimables
Pussiance de l'amour
Dont l'amabilité surgit
Comme un monstre sans cops
Tête desappointée
Tristesse beau visage.
La vie immédiate, P. Éluard


domingo, 18 de noviembre de 2012

"Oh, if you only knew..."


Últimamente no me siento muy inspirada y no me apetece escribir. Pero los domingos son diferentes, ¿no es así? Son como una brecha en el tiempo, parecen pasar más lentos hasta que ya es de noche y te das cuenta que el día ha pasado volando. Por más que te escondas bajo un grueso edredón o una pesada manta, el tiempo siempre te alcanza.

Hoy ha sido un día raro, como esos de Vetusta Morla. No hemos hecho nada y a la vez lo hemos hecho todo. Creíamos estarle haciendo tretas a las agujas del reloj cuando en realidad eran ellas las que nos engañaban. Como de costumbre, de la primera a la quinta canción, porque la última nos produce escalofríos y dolores de cabeza, Morning eats Saturn ha sonado todo el día. Al levantarnos siendo ya casi mediodía, al comer comida precocinada asiática un largo rato después. Incluso cuando mirábamos la televisión embobados, abrazados en el sofá, la canción sonaba dentro de nuestros corazones. Nos ha hechizado y, sin quererlo, nos hemos dejado llevar por la hipnosis de un tiempo acelerado que parecía estar ralentizado. Y resultaba que las ahogadas voces femeninas que oíamos en nuestras cabezas no eran más que el eco de la melancolía que nos invade los domingos. Quizás por eso necesitemos pasarlos juntos. Los domingos nos encantan, porque nos aterrorizan. Y por ello amamos todo lo que gire entorno a ellos: la lluvia, la fugacidad del tiempo, un té caliente, Tokio Blues, un suspiro, una risa ahogada en televisión.

Y, como de costumbre, antes de irte, te he abrazado, y he sentido el aroma de tu corto pelo en mi cuello. Pasarán otros siete días hasta volver a verte. "Te he echado de menos", me has dicho. "Oh, si tú supieras", he querido responder...