Mi vida se acelera a pasos agigantados
mientras espero llegar al destino de esta
lenta escalera mecánica.
Cuanto más arriba,
más abajo.
Mil espejos en la calle
que pretenden hacer de mí
alguien desconocido
alguien absurdo.
Alguien
que no es nadie.
Y si miro el cielo
no veo estrellas.
No es por vivir en esta ciudad
que es mi mejor vicio
que es mi peor virtud.
No me puedo ver
entre mil espejos
que pretenden hacer de mí
aquella persona
que un día realmente
sí quise ser.
Y si me voy
no es para encontrarme
sino para conocerme.
Reconciliarme.
Y mientras mi vida se acelera
a pasos agigantados
mis sueños empequeñecen.
Los sueños de mil espejos
que serán mi peor virtud
y mi mejor vicio.
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