lunes, 3 de diciembre de 2012

Nocturnidades



Las distancias no miden lo mismo
de noche y de día.
A veces hay que esperar la noche.
 


                                   R. Juarroz





A veces duermes conmigo por las noches. Duermes en mis sueños, duermes en mi mente. Y las distancias son entonces inexistentes. Exploramos en Amazonas, nos bañamos en el Pacífico y volamos hasta el espacio para ver más de cerca las estrellas. Bajo mis finos párpados, todavía manchados de rímmel, contemplo las más grandes maravillas cuando suena el reloj a medianoche y la luna me espía desde la ventana.

Pasan cinco, seis, siete horas que se convierten en apenas un puñado de minutos al despertar. Qué amargo es abrir los ojos. Y mi cansancio aumenta, mis músculos se tensan, cuando siento tu lado frío de la cama. Y si me levanto, es por pensar "con suerte, en unas horas, volverás a ser mío..."

4 comentarios:

  1. No hay nada que no se pueda soñar, dicen. Aunque luego el despertar puede ser peor.

    Como siempre, me encanta la imagen :O

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    1. Hehe, las imágenes siempre (o la grandísima mayoría de veces) las cojo de Tumblr :)

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  2. :(
    te comprendo, CRÉEME!!!
    lo hago cada noche y es un alivio poder dormir y poder soñar. Los sueños con él se me han vuelto vitales.

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