viernes, 22 de febrero de 2013

Chase your star for Starbucks

Este trimestre en la universidad está siendo una locura. Estadística se ha vuelto totalmente incomprensible, las asignaturas amontonan trabajos, y me resulta difícil, además, lidiar con francés y alemán. Sin embargo, entre el estrés y el trabajo, siempre encuentras algo que te evade, algo que, aún formando parte de tu trabajo rutinario, te divierte. En este caso, se trata de la asignatura que tenenmos este trimestre de audiovisuales, llamada "Introducció a la Realització de l'Audiovisual Publicitari".

Las clases se dividieron en teóricas y prácticas (o seminarios), y en estas últimas nos dedicamos a pensar anuncios, grabarlos y montarlos. A pesar de no tener ningún tipo de idea sobre cámaras, trípodes, ruedas para trípodes que pesan más que todas nosotras juntas, ni programas de edición de videos, la verdad es que hasta el momento no se nos está dando nada mal.

Lo bueno de hacer anuncios, en parte, es el trabajo en grupo. Juntarnos las 5 chicas que somos en el grupo y pensar ideas, e ir moldeándolas, adaptándolas a nuestras posibilidades, porque, obviamente, no tenemos nada de presupuesto y debemos ir actuando sobre la marcha, como nos pasó con el primer anuncio que grabamos.

¿Cómo tuvimos la idea? Viendo anuncios los estudiantes de años anteriores, nos dimos cuenta de que en la mayoría de ellos los estudiantes habían escogido hacer un anuncio sobre productos bastante usados por los universitarios (música, productos de belleza, condones...), y caímos en cuenta de que no se había hecho ninguno sobre el café, ese gran aliado por las mañanas y en épocas de exámenes que parecen no acabar nunca. Afortunadamente, teníamos carta libre para escoger marcas, productos, realización... El único requisito era que el anuncio fuera en plano secuencia, y el resultado fue este:


La historia de cómo montamos el anuncio es larga y llena de obstáculos... Para empezar, decidimos hacer "Starbucks" porque pensamos que el vaso de Starbucks es algo que claramente se relaciona a la marca, además de tener uno en el centro comercial de al lado de la universidad. Así pues, fuimos a la cafetería para preguntar si podríamos grabar dentro para un proyecto de la universidad, y nos dijeron que el único permiso que teníamos que pedir era al del encargado de zona. Después de varios mails y un permiso para grabar, nos dispusimos a realizar el anuncio, a las 8 y media de un miércoles... La idea era que en la terraza de Starbucks hubiera un chico esperando a una chica, al verla, empezarían a correr el uno hacia el otro en plan película romántica-escena a cámara lenta, pero cuando llegaran a encontrarse al fin, la chica le arrebatara el vaso de Starbucks y bebiera café, pasando olímpicamente del chico, que se quedaría plasmado. El claim que habíamos pensado era algo así como "lo que el cuerpo te pide", pero nunca llegó a madurar, porque, en el mismo momento en que estábamos encendiendo la cámara para grabar, se nos acercó el segurata y (eso sí, muy amablemente) nos dijo que no podíamos grabar, porque además del permiso de Starbucks necesitábamos el permiso del centro comercial, cuyas oficinas abrían a las 10 de la mañana...

Corriendo volvimos a la universidad. Teníamos que improvisar, porque debíamos grabar esa misma mañana. Afortunadamente, una de nosotras había pensado una alternativa al ir en tren hasta la uni. La alternativa era el anuncio que al final hemos hecho, en el video de arriba, pero aún tovía quedaban detalles por concretar. Al fin felices, con nuestras mil y una tomas, fuimos a la sala de edición, y después de muchas peleas con el servidor y el programa de edición, vimos que casi ninguna toma nos servía, fuera por que no habíamos claibrado bien blanco, porque había demasiado aire, porque alguna quedaba cortada, porque no se veía suficientemente bien el dichoso vasito... Nuestro gozo en un pozo.

Dos días después, un viernes, volvimos a grabar. Y pensamos, ¿y si al principio del anuncio saliera una chica con la claqueta? Así se entendería mejor que es ella la que al final corre a quitarle el café a una de las actrices, rompiendo la transparencia desde el principio del anuncio. Y el resultado nos encantó.

Vuelta a la sala de edición, por fin teníamos tomas válidas. Ahora quedaba descubrir cómo poner la música, hacer fundido en negro, poner el texto, la imagen del logotipo, exportar en el formato adecuado... Afortunadamente, los becarios nos ayudaron un montón... Tanto, que gracias a ellos nos dimos cuenta que una sinfonía de Beethoven que salía de demo en el ordenador, quedaba muy bien en la secuencia, ya que la pusimos en el programa sólo para aprender cómo se hacía, y en ver que el gran golpe de música caía en la claqueta, en seguida pensamos... ¿y si lo hacemos como una película vieja, con menos frames y como una cinta vieja, y con intertítulos? Y, ¿el resultado? Nos encantó. Nos pareció algo totalmente distinto a la publicidad actual, que rompía algo esos esquemas siguiendo aún y así con la esencia de Starbucks, tan vinculada a madera, olor a lluvia y mar, sofás, música clásica y cosas viejas (o, más finamente hablando, "vintage").


Esta semana ya estamos empezando a grabar el siguiente anuncio, el cual no tiene que ser en plano secuencia, y para el que tenemos total libertad de realización... ¡Esperemos que quede bien!

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