miércoles, 24 de abril de 2013

El arte de contar historias...

...o Storytelling. 

El Storytelling es una manera de acercarse al espectador contándole una historia que provoque en él una reacción emotiva o sentimental, provocando su implicación. Como toda buena historia, el Storytelling se basa en un mensaje que difundir, un conflicto en la trama y unos personajes a través de los cuales transmitir ideas o valores. El buen anuncio de Storytelling es, para mi gusto, ese que por muchas veces que hayas visto o escuchado, siempre quieras volver a verlo, causando siempre la misma reacción en ti: una carcajada, una fuerte sensación de nostalgia, una lágrima...

Algunos ejemplos muy claros de Storytelling en publicidad audiovisual:

Nokia: Will you marry me?




Estrella Damm: Mediterráneamente 2010



P&G: El mejor trabajo del mundo

             (Y pobre del que me diga que no se le ha soltado la lagrimilla con este último...)

Para mí, lo mejor de este tipo de publicidad, es que gusta. Porque nos gusta que nos cuenten historias, nos gusta que nos hagan llorar o reír, nos gusta sentirnos identificados con algo de un modo u otro. Nuestra vida no es más que un conjunto de historias entrelazadas: la nuestra, la de nuestra familia, amigos, vecinos... Una vida en la que, además, seguimos estando sedientos de cuentos, de novelas, de series que nos transporten a lugares maravillosos, nos pongan la piel de gallina y que no deseemos que jamás acaben.

Y precisamente de Storytelling va esta semana la cosa en la universidad. En Taller de Copy, una de las asignaturas más creativas en nuestro horario de este trimestre, nos pidieron como práctica a entregar desarrollar 4 historias para una "supuesta" campaña de Dishoom, una cadena de cafeterías iraníes muy famosas en Londres. La gracia era crear historias que se pudieran proyectar a modo de poesía visual en los platos de las cafeterías, como la imagen siguiente:


Las reglas eran fáciles: debíamos presentar una historia romántica, otra triste o "sentimental", y una de estilo libre. De estas, una debía tener 96 palabras justas, otra unas 200 aproximadamente, y la última no tenía límite de extensión.

La temática era libre, aunque estaba condicionada por los dibujos que aparecían en los platos que el profesor nos propuso, de los cuales debíamos escoger tres de cuatro en un principio: un anillo, lluvia, un "NO" (así, en mayúsculas, imponente) y una bolsita de té (entre el té y la lluvia tenía claro que iba a disfrutar esta práctica, hehe).

Como acabé bastante pronto, el profesor me encargó hacer la cuarta historia (con el dibujo restante que no había utilizado en las narraciones anteriores), también de estilo libre y sin límites, pero no se lo veía muy convencido, sobre todo cuando volví a acabar bastante rápido y el resto de la clase aún no había acabado las tres primeras... Pero bueno, si hay algo que me guste a mí, es contar historias, especialmente de ese tipo, historias que impliquen, que emocionen. Quizás a veces me exceda de "moñerías", pero hay ocasiones en que por más que lo intente no puedo evitarlo... Hehe. En fin, los resultados ¡ya los veré la semana siguiente con la nota!

En cuanto me devuelva la práctica, colgaré las historias que escribí, ¡sin duda alguna! :)
                              

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