Martes de resaca emocional. Despertar con la cama fría y la mente vacía. Mi estómage ruge, mis oídos me reporochan el alta música de ayer.
¿Seguro que hoy es martes?
Soy la degradación absoluta, soy el infierno en la tierra. Al fin y al cabo, todos venimos para morir. ¿Quién dijo eso? Miro por la ventana y veo un mundo lleno de vida y muerte al mismo tiempo. La Tierra, cementerio de elefantes. Aún siento sus labios rozando los míos y el corazón latiéndome a mil por hora. Y a pesar del puñetazo, cada molécula de quien soy quería seguir siendo devorada por aquel beso. ¿Es eso normal?
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