Sólo rezo una oración. La repito una y otra vez hasta que mi lengua se reseca. Catherine Earnshaw, no deseo que descanses mientras yo siga con vida... Yo acabé con tu vida, quiero que me persigas. Sé que hay almas que andan errantes, permanece conmigo siempre. Adopta una forma, ¡haz que enloquezca!
Pero te lo ruego, no me abandones en este abismo donde no puedo encontrarte...
¡Oh, Dios... no puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma...!
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