viernes, 13 de julio de 2012

Oniria e insomnia y love y lesbianas


Y dónde está mi oniria
si soy el desvelo del insomnio.
Romeo sin Julieta,
mar sin sal.

Hace frío
y unos cantos lésbicos
- que no son -
me abrigan.


   
Mi poesía no es rota como Bukowski.
es nocturna
es onírica
es urbana
es lésbica
- que no es -
Es luna.

Luna blanca, de papel,
dulce y vieja,
luna con agua tiesa,
luna exótica,
luna onírica sin insomnia.


          



jueves, 12 de julio de 2012

Corro sota la pluja


Anna Roig i L'ombre de ton chien, un recent descobriment que, de fet, no és tan recent. Avui m'he passat el dia enganxada a les seves cançons, innocents, tendres i amb un to francès que m'enamora profundament, sense saber que, de fet, ja havia sentit alguna de les seves cançons.

Amb sort, els veuré el proper 24 de juliol a la Sala Luz de Gas gràcies a la festa del primer aniversari de "Veteix-te d'Autoestima", un projecte de "Motius per donar la talla", en el qual participa una de les meves professores d'universitat. Si algú s'anima, aquí hi ha més informació!

Corro sota la pluja rere aquell record tan dolç
                                          que potser encara guardes en algun racó del cor...

miércoles, 11 de julio de 2012

ghosts

Creía que los fantasmas de esta casa me querían comer. 
Y sin embargo soy yo la que se consume a sí misma cada día.

domingo, 8 de julio de 2012

fly, little bird

Qué ironía en la historia, en la vida. Que mi casa tenga rejas y sea el pájaro el que vuele libre en el cielo de mi ventana. Nosotros, los humanos, que tan libres nos creemos, tan invencibles y listos... Hemos creado nuestra propia jaula queriendo dejar todo lo demás fuera y quedándonos nosotros solos... dentro.

domingo, 1 de julio de 2012

la distance


Es domingo veraniego y llueve. Cómo no, Yann Tiersen juega a mi alrededor, fluyendo en este estático aire, navegando hasta mis tímpanos. Hace fresco en esta calle de París. El cielo gris ha vuelto monocromática la ciudad. Apenas unos pintorescos toques verdes de las macetas de los balcones hacen florecer el color en la solitaria calle en la que vivo.

Llueve más y más fuerte. Y quisiera salir, para jugar con las nubes y beber de esa dulce lluvia. ¿Cómo puede gustarme tanto un puñado de gotas de agua que bajan directas del cielo para morir en el suelo? O en mi piel, en mi pelo, en mis labios… 

Si saliera, el té de frutas del bosque que bebo se me enfriaría. Si saliera, me resfriaría. Si saliera… Te echaría de menos. Sólo tú veías la belleza de los charcos chapoteados, de las hojas que tiemblan con el agua, de mi sonrisa, por compartir momentos así contigo.

Y aunque sé que volverás, qué dolorosa es la distancia en este preciso instante. ¿Lloverá ahora en tus tierras del sur? ¿Pensarás ahora en mí?

Cierro los ojos y mi corazón se salta un latido. Vuelve, dice, vuelve aquí. París se vuelve un desconocido… Vuelve, vuelve conmigo.

La lluvia contra el asfalto grita tu nombre, mientras los truenos lejanos de esta cercana tormenta susurran, vuelve, vuelve aquí…

                      

Porcelain

He soñado con un beso lento y dulce. El típico filtro blanco que llena de ternura e inocencia las escenas de algunas películas parecía cubrir, como un fino velo transparente de fragilidad, mi vista. Sentía que yo era ella, la chica besada que besaba, pero veía el beso desde otro punto de vista. Era la espectadora con mis ojos de lo que sentía con mi propia piel. Pero si yo era ella, ¿quién era él?

El chico de pelo castaño estaba delante de su cara. Una mano de piel olivácea separaba un mechón rebelde que escondía la femenina cara para guardarlo tras su oreja y acabar sobre su hombro desnudo. Mientras, su otra mano, la derecha, la cogía lentamente de la cintura para acercarla mejor a sí mismo. Él no lo sabía, pero el corazón de la chica empezaba a bombear la sangre con más ganas, más vitalidad. La robusta mano izquierda del chico viajaba hasta su cuello, sorteando la oreja con sus dedos, para poder así juntar mejor sus labios temblorosos con los de ella. Lo que ella tampoco sabía aún, era que el corazón del chico empezaba también a latir con más fuerza que nunca, a pesar de la falsa apariencia de calma externa. Cuando el beso se produjo, todo empezó a vibrar un poco. Con suavidad, como un murmuro, nada temblaba, pero el aire había decidido vibrar, como el dulce zumbido de una muda melodía que los llevaba a querer más de sí mismos poco a poco...

El beso inocente fundía pausadamente las dos bocas, cada una con sed de la otra, para irse transformando en una sola. La respiración de ambos era aún bastante tranquila, hasta el momento en que ella decidió dejar sus manos alrededor del cuello del chico, sobre el cual notaba una barba recién cortada, y descubría el acelerado pulso del corazxón que quería explorar.

Las pieles, a pesar de morenas, parecían de porcelana, contagiadas por la fragilidad de aquel primer beso...