domingo, 9 de enero de 2011

despierta, princesa

"Olvídate del mundo. Olvida qué haces, dónde estás, olvida quién eres. Deja a un lado todo, sin dejar espacio para nada. No pienses, no rías, no llores... Sólo olvida.
Sé que costará no pensar en aquellos momentos tan divertidos, que te dejan un sabor dulce en el paladar y en la mente. También costará deshacerse de todos los momentos en los que sufriste, aquéllos que siempre quisiste olvidar pero jamás olvidaste. Bien, pues ahora es tu momento. Olvida. ¿Qué dices? ¿Que no puedes y no sabes por qué? Pues yo te diré el porqué. Porque todos esos instantes, esas horas, esos días de sensaciones fuertes, con compañías agradables o llenos de ira y dolor te han enseñado, de ellos has aprendido. Cada paso en falso es un error más cometido, cada tropiezo de oro es un logro. En esta vida no hay comodines ni ayuda válida, simplemente la cruda realidad que te dice: -¡Despierta, princesa!-

Cada momento de gloria, cada pérdida, cada sonrisa y cada lágrima queda marcado en tu cuerpo, más allá del pensamiento, en el lugar más profundo de tu alma.
Quizás pienses que soy pesimista, o quizás que soy demasiado realista, pero es el punto de vista de alguien que acaba de perder la sonrisa de golpe. Has soñado tantas veces como veces has descubierto la triste realidad. La vida no es sólo
"Haz realidad tu sueño" o "Sueña despierta, lucha por lo que quieres y tus sueños pronto serán recompensados". No. La vida es más que uno, dos, o millones y millones de sueños. Deseas algo, luchas por ello; pero parece ser inalcanzable. Malgastas cada día de tu vida en empeñar tus esfuerzos en algo abstracto, un sueño que ni llegó ni llegará; hasta que un día, pasados ya muchos largos años, despiertas con lágrimas en los ojos, una vida entera a tus espaldas, y un sueño por el que luchaste y jamás alcanzaste...”

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