Me quejo y me quejo. Me quejo de todo y ni siquiera sé de qué quejarme. Me quejo de la gente y me quejo de la vida. Y la verdad no es más que una. Soy egoísta. Pido siempre más y sin saber lo que quiero. Mil preguntas que se vuelven absurdas invaden mi mente, como una tormenta caótica en alta mar. Nadie lo ve, pero no por ello no sucede.
Y lo más egoísta de todo ésto, es que mientras estas preguntas intentan atormentarme, ahí fuera hay gente sintiendo frío del de verdad en esta noche de invierno. Estoy rodeada de todo lo que quiero y más de lo que necesito, y sigo quejándome... ¿Cómo puedo ser así? Me doy asco. Y me da más asco aún que en esta enorme ciudad, en este preciso instante, nadie piensa en lo mismo que yo. Nadie, a las dos de la madrugada de un domingo se pone a pensar sorbe el egoísmo, el materialismo, el consumismo que nos ahoga. Ni siquiera durante el resto del día. Sólo sabemos pedir, pedir más y más, insaciables. Y de lo único que deberíamos ser insaciables, es de sentimientos... Emborracharnos de amor.
"Panis et circis" es lo que la gente quiere. No necesita, quiere. Queremos ignorancia, queremos ocio que nos haga llorar por una película para sentirnos así menos desgraciados; queremos reír en el teatro para evadirnos de nuestros problemas cotidianos, que son, en el fondo, los mismos reflejados en las comedias teatrales.
Es fácil decir que somos marionetas. Que alguien nos pone aquí para poder ver así su propia comedia, siendo nosotros los actores ignorantes de su papel. Es demasiado fácil. Yo no creo en que nuestras vidas dependan de nadie, nada superior; y lo digo abiertamente. Somos lo que hacemos, al fin y al cabo.
Miro a mi alrededor intentando ver qué hago, para descubrir quién soy. Me paro y observo las fotos de mi habitación y me doy cuenta de que en el fondo no son nada. Risas y fiestas, abrazos y borracheras que no son más que memorias que me arrancan una sonrisa en recordarlas... Pero son memorias que se acabarán. Memorias que se borrarán. Y después no quedará nada, nada... El mismo recuerdo será el encargado de borrarse a sí mismo de la faz de la Tierra. Y es que en el fondo, nadie quiere estar en este mismo mar de locos...
Mar con agua, mar de vida. Mar que es mar, y todo lo quita...
Yo odio la ciudad.
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