domingo, 22 de mayo de 2011

empieza una tarde de domingo...

Tu lengua baila sobre mi piel al son de nuestros latidos... El sabor a verano de esta cálida tarde acurrucados en el sofá me embriaga y me hace flotar... Mis dedos juegan con tu pelo, viajando por las montañas de tu espalda para llegar a manantiales prohibidos... Quisiera vivir con esta sensación de placer y bienestar hasta el fin de mis días, a tu lado, con tu aroma, con tu esencia, contigo...






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