Es... el motivo por el que me levanto todos los días... es lo que me hace sonreír embobada cuando ando sola por la calle y hace que la gente me mire raro...siento que es mi razón de ser, mi razón de existir, mi función en esta vida. No la concibo sin él, ni recuerdo cómo era todo antes de que apareciera. Es un amor que se te agarra en el pecho y parece que no puedas respirar...que no te deja pensar con claridad cuando más lo necesitas, y que tarde, por la noche, te sacude la cabeza hasta conseguir arrancarte la última lágrima o la última sonrisa del día.
Nuestro amor es como un constante "me quiere, no me quiere" que ha deshojado todas las flores a mi alcance. Me hizo la mujer más feliz del mundo durante un tiempo y después me arrebató la sonrisa que tantas veces habías perseguido con tus labios durante las interminables noches que pasamos en nuestro piso. Me puso enferma de tristeza y perdí la cabeza por completo.
Mi vida pasó a estar llena de paredes verdes que me separaban de todo aquello que quería, llena de miradas que pretendían estar vacías pero que gritaban con rabia mucho más de lo que quería saber u oír... pero un gran amor como este no se olvida nunca...y los reproches y jamases terminan por desvanecerse en el tiempo...
Y ahora... ¿ahora qué?
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