domingo, 31 de julio de 2011

Falta de saber en dónde estás...

        

Tengo ganas de llorar, así que las lágrimas ya caen por mis mejillas. Sé que es por la regla, ya no me emparanoio más. Por ahora. Además tengo hambre. Joder con lo de ser mujer.




El Far del Sud, de Sopa de Cabra suena en mi iPod lila protegido por una funda roñosa que este julio cumple dos añitos a mi lado. ¿Alguien querrá tenerme de esa manera tan bucólica algún día, como canta Quintana? ¿Alguien querrá abrazarme y no dejarme ir? ¿Quererme tanto como para desear su muerte en mis labios? 

Ojalá.

                               Pero ojalá yo también sienta algún día algo así de fuerte. Algo tan profundo es extremadamente peligroso, porque como más intenso es el sentimiento más daño te hace, más fácil le es matarte. Pero si es tan poderoso significa que, por mucho que sientas morir, vale la pena sentirlo. ¿...No?


I just fell in love with her..."

                                                                                                            dicen +44 en Baby, Come On.


Quiero que me escriban algo así. Estoy harta de compadecerme, pero supongo que no sé hacer otra cosa. Necesito algo como esta canción. Algo que
                                                                                                            DEMUESTRE.

Demuestre que me conoce, demuestre que me piensa, me sueña, me odia porque me ama. Demuestre que hay gente capaz de mostrar su vulnerabilidad por el mismo amor que lo debilita.

Demuestre que me admire.

Y por todo eso, también quiero escribir algo así de mi puño y letra. Palabras que bailen solas cantando algo profundo y sincero, real. Quizás hasta pueda conseguir que suene sensual.



Miro las fotos pegadas a mi mesita de noche al lado de mi cama. La del pueblo andaluz de mi abuelo. La de Cadaqués, con mi primo. La de mis amigas, en el puerto de Barcelona.
Me gustan todas porque sale el mar de fondo. El mar que me hechizaba de pequeña, cuando sabía que la magia era posible. Una sabiduría que se ha apagado en mí, ya no creo en la magia. El mundo nos marchita poco a poco. Y es triste, no creer en algo tan inocente y bonito que te hace soñar. Supongo que he chocado demasiadas veces con la realidad.

 




Ahora suena "Frente al Mar", como si este aparatito musical adivinara mis pensamientos. Y con susurros marítimos, cierro los ojos y empiezo a mezclar sueños estando despierta y a la vez dormida...


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario