lunes, 26 de diciembre de 2011
¿Quién fui?
¿Por qué esperamos tanto de la gente? Personas a las que creemos conocer. Gente a las que hemos abierto un trocito de nuestro corazón que nadie toca jamás. Aunque eso es lo que siempre nos ha hecho más fuertes. La inseguridad, el rechazo, la confusión. El no saber, el confiar. El aprender a rechazar y desconfiar. Parecemos no aprender, tropezamos con la misma piedra una y otra vez, sólo cambia la forma o color del pedrusco, que siempre está ahí, incrustado en el suelo, para hacerte caer un poquito cada vez que bajas la guardia.
La gente, la gente... La gente pregunta sobre mi frialdad. La gente cuestiona mi sensibilidad. La gente, la gente...
¿Acaso la gente conoce a la gente?
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