Trato de pensar en ti entre el ruido de la lluvia en mi ventana y una voz de alguna cantante italiana. Mis pensamientos se confunden con falsos recuerdos que nunca sucedieron…
Falsas sonrisas y caricias que jamás tuvieron lugar en la playa, en todos esos sitios que yo tanto adoro. Todos esos lugares a los que no me llevaste. Todas las disculpas que me pediste, son en realidad cenizas inexistentes.
Ese corazón que latiría al mismo ritmo que el mío, todas esas acciones que hoy trato de tachar de cursis, pero que tanto duelen sin tu compañía.
Tu fotografía en blanco y negro, escondida entre apuntes y caprichosas sonrisas, jamás la estreché contra mi pecho. Una rosa blanca que paseó cogida de mi mano, mientras la otra acariciaba la tuya se pudrió entre orquídeas y margaritas…
El libro que jamás me dedicaste, la canción que no intentaste ni siquiera escribirme, el suspiro de mis labios que nunca te perteneció; todos los detalles insignificantes de nuestra historia hoy bombardean mi cabeza…
Giro la cara a la blanca pared que me mira, cruel y vacía como me siento, en un intento de esconderme de la realidad… De reojo intento visualizarte entre las gotas que se escurren por mi ventana, pero no te veo…
Todos esos sentimientos reprimidos que jamás descubriste…
Porque jamás apareciste.
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