sábado, 30 de abril de 2011

all i need is reason to believe



Tú me dices que mi sonrisa es el Sol. Entonces hace mucho que no brilla este Sol, pienso.
Y es que no le puedo hacer nada. Esa sensación de soledad en medio de una gran multitud que cree que te conoce pero no sabe nada de ti. Nadie sabe tus secretos más oscuros, más profundos. Nadie sabe que quisieras arrancar a llorar en los lavabos como la niña pequeña y tímida que solías ser, nadie sabe que sufres porque no sabes ni lo que quieres. Espero algo imposible, un sueño insoñable. Un cuenta de hadas, una utopía, un efímero recuerdo que resulta ser mentira. El deseo de la calidez de un abrazo...
Nadie percibe cuando piensas en que hace tiempo que no te abrazan. Pero no esos abrazos cortos, superficiales, por cortesía. Un abrazo que te abriga, te protege incluso en el medio más peligroso. Un abrazo sincero.
Si mi sonrisa es Sol, en mi mundo reina la Luna. Y en el fondo éso es lo que persigo, una eterna noche con un manto de estrellas como edredón y una estrella fugaz que sustituya esa lágrima que no puedo reprimir. A veces lloro sin llorar, pienso sin pensar. Quiero sin querer, y ahora quiero saber qué quiero. La tormenta de las dudas destroza mi estado de ánimo. Quiero saber, pero no estoy segura de querer querer.
¿Qué paradójico, no? Sí, hay veces en las que una se pone filosófica. Por un mal día, por un corazón roto, por una discusión, por la enfermedad incurable que padece el padre de un amigo. Por cualquier motivo que tratamos de esconder bajo nuestras máscaras de laca, maquillaje y perfume, pero que nos roe y pudre por dentro.
Nadie se da cuenta de éso. Nadie es capaz de ver hoy en día la tristeza en unos ojos con rímmel. Nadie sabe que detrás del carmín hay una persona que todavía se esconde cuando un problema llama a su puerta.
Nadie sabe nada. Yo no sé saber, no sé querer, no quiero querer. ¿Qué es querer?

 

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