Negar que me he fijado en él sería absurdo. Trato de sentarme con disimulo, en la fila paralela a su mirada, pero quedando expuesta a su cara, que parece analizarme meticulosa a la vez que sorprendidamente. Me mira y esquivo sus pupilas. Una pequeña taquicardia invade mi cuerpo. El iPod, aleatoriamente, elige mi canción preferida como la siguiente, y pronto With Me inunda mis oídos. Saco el libro que leía en el banco de la estación, “La mecánica del corazón”, de mi bolso y sumergiéndome en la historia metafórica contada en prosa poética intento no espiar al chico de mirada hechizante. Pero es imposible no espiarlo. Es castaño y lleva abultados cascos. Me lanza miradas recíprocas, sin vergüenza pero breves y llevadas con disimulo. La mochila es su compañera de asiento y por un largo instante sueño que soy yo la que ocupa la butaca contigua. Me siento absurda por envidiar un trozo de tela con cremalleras, pero sigo mirándolo. Lo examino con delicadeza, me gustaría saber algo más de él.
Su mirada oceánica parece triste, nublada como un día gris que no se decide a llorar, y siento la necesidad de abrazarle y acompañarlo en un viaje que parece no tener destino marcado…
Continuará...
(Para leerla desde el principo, clikad sobre la etiqueta "Historia del Tren")
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Hola! Me haz dejado metidisima con tu historia, ojalas tenga un final feliz. Te estare leyendo de todas maneras, me encanto tu blog. Que rico saber que te gusto el mio :). Que tengas una linda semana. Besito
ResponderEliminarDioos ame tu blog♥ Te sigo un beso enorme
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