Me he enamorado. Ese sentimiento del que huía porque me hacía tan vulnerable, porque me impedía ser la mujer fuerte e independiente que quiero ser, se ha apoderado de mí. Y es que sólo veo su rostro si cierro los ojos, sólo pienso en sus labios y en su manera de mirarme. Sólo hay sitio en mi cabeza para sus abrazos, las saladas noches de verano naciente a su lado...
Y no puedo decírselo. Si entre amistad y amor debo escoger, lo escojo a él como amigo. ¿Qué tengo a perder?, te preguntarás. Todo. Tengo a perder sus manos sobre mi pelo. Tengo a perder sus sonrisas en mi oreja. Tengo a perder sus fuertes abrazos cuando refresca. Si entre amistad y amor debo escoger, escojo su compañía de amigo por mucho que duela antes que que nada...
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